De la época de oro de La Cumbre quedan un golf espectacular y varias casonas que hoy funcionan como hoteles con encanto, casi todas enclavadas en el barrio de Cruz Chica. El pueblo, ideal para tomarlo como base para recorrer las sierras, tiene un sabor inigualable, mezcla de tradiciones criollas centenarias y un aire inglés que permanece sin querer irse.
sábado, 3 de abril de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)