Es una ciudad privilegiada por las bellezas del entorno, las bondades del clima y una importante infraestructura turística. Su arquitectura se destaca por las grandes casonas de piedra, inmersas en cuidados parques que testimonian la presencia de inmigrantes ingleses.
Sus primitivos habitantes fueron grupos de comechingones distribuidos en San Ignacio, Piu Mayu, Cuchi Corral, Potrerillo y Pozo de Piedra.
En 1585 la zona fue entregada en merced a los hijos del capitán Bartolomé Jaimes , uno de los propietarios vende luego su parte al capitán Jerónimo de Quevedo quien establece aquí la estancia San Jerónimo, sobre la que se asentó años después la población de La Cumbre.
Sus primitivos habitantes fueron grupos de comechingones distribuidos en San Ignacio, Piu Mayu, Cuchi Corral, Potrerillo y Pozo de Piedra.
En 1585 la zona fue entregada en merced a los hijos del capitán Bartolomé Jaimes , uno de los propietarios vende luego su parte al capitán Jerónimo de Quevedo quien establece aquí la estancia San Jerónimo, sobre la que se asentó años después la población de La Cumbre.