sábado, 16 de marzo de 2013

La Cumbre un lugar imperturbable

La Cumbre conserva inmutables las características que ha sostenido por más de 100 años dedicados en la actividad turística. Sus tradiciones reflejan la pasión de sus primeros  inmigrantes: los ingleses, que llegaron con el ferrocarril.
El golf fue el deporte que le dió marco durante los últimos 79 años; se sumarían con el tiempo actividades como el aladeltismo, parapente, montañismo entre otras modalidades que convocan a la adrenalina en la aventura.
Recorrer La Cumbre significa maravillarse, apreciar junto a la verde serenidad del valle.
Enlazando poblaciones vecinas hacia el Sur y hacia el Norte, con propuestas como el camino de los Artesanos. Aquí una docena de casas -talleres conforman la oferta de trabajos en bijouterie, maderas, cueros, y ropas entre otras especialidades.
Y desde La Cumbre al Norte por Cruz Chica, Cruz Grande, Los Cocos, San Esteban y Capilla del Monte, un número  similar de Artistas plásticos, pintores y ceramistas, han abierto sus talleres públicos.
Cada lugar de La Cumbre, es un remanso de paz y belleza, solamente visitándolos se puede comprender la elección de vida, en esta región, de un bucolismo inconmovible y tan lejos del estrés de las ciudades.
Con aromas de lavandas, con el silbo de la calandria o largas caminatas en cabalgatas durante la siesta otoñal, en La Cumbre se comparte el espíritu de aventura y placidez del infaltable "té a las cinco". No podía ser de otra manera, en un lugar imperturbable, casi al estilo inglés.